Soranyi es una mujer valiente que hereda esa fuerza femenina de su abuela Hermelinda –“La abuela fue todo para mí, yo por mi abuela soy en día quién soy”, estas son algunas de las palabras que nos menciona Soranyi sobre lo que representa su abuela, quién cumple el papel de madre en su vida y la de su hermano, en su niñez los relatos de la abuela cuentan esa historia difícil que sin querer o desear le tocó experimentar, pero que hoy por hoy le da toda la fortaleza para ser quien es.

Soranyi vivió su adolescencia durante 20 años en el barrio París ubicado en Bello- Antioquia, lugar en el que se dio el primer movimiento o desplazamiento de manera sorpresiva, la violencia de la época no le permitió seguir con ese paso por el barrio e interrumpió esa tranquilidad con la que había transcurrido su adolescencia, es por este primer movimiento que Soranyi llega junto con su familia y su hijo en 1994 al barrio Moravia.

Dejando un pasado, una historia, unas raíces nuestra protagonista sale del barrio París y como ella dice “ni atreverse a volver por allá, ni por la ropa”, es como llega a un nuevo barrio y unas nuevas calles para habitar y transitar; todos los desplazamientos. Trae consigo retos y nostalgias, pero también otras formas de reconocernos y generar uniones, en este caso, familiares en los que fueron un pilar para que Soranyi y su familia  construyeran  como ellos nombran, “rancho” e iniciar nuevamente. Es allí donde Soranyi se enamora, se casa y tiene sus 3 hijos, una mujer dedicada al cuidado del hogar, en palabras de ella, una mujer entregada al mandato de su esposo, sumisa y como lo nombra, dominada por él.

Motivada por el cuidado de sus hijos y el cuidado de su salud que por momentos se veía crítica por las condiciones en las que vivían, Soranyi con destellos de rebeldía brotaba esos primeros signos de empoderamiento, una mujer que comenzó a descubrir otras maneras de relacionarse con el hogar, su matrimonio, su comunidad y consigo misma, y por esto siempre ilustra ese transitar con una anécdota que aún conserva en su memoria y la refleja en el cuadro de la virgen:

 “Yo iba para la tienda y yo vi ese cuadro y me pareció como tan nítido, como tan nítida la imagen de esa virgen, que yo me la llevé para la casa. Sí estaba en un basurero y yo lo cogí ¿con quién iba yo? si no me equivoco iba con ese Man y me dijo a vea la otra ya se volvió recicladora y yo, ah mijo toca. Me pareció muy bonito, la imagen está intacta. Esa imagen tiene un ladito así malito como esta foto, pero de resto está intacta y aún lo conservo más de 13 años aproximadamente.” 

En el transcurrir de sus día, de su cotidianidad y  de las eternas  visitas  al médico, se empieza a relacionar con el tema social, comunitario y político en búsqueda de mejores condiciones médicas para sus hijos; es a partir de estas preguntas que se da la  oportunidad de conocer diferentes espacios, entre los que se encuentra con los talleres de Antioquia Presente, en los cuales comienza a participar de manera activa y se encuentra con la sorpresa de que puede participar de la solicitud reubicación por desplazamiento interurbano. Le dijeron todo lo que necesitaba para hacer el proceso y así quedar seleccionada para la segunda reubicación en la  etapa dos de La Aurora en Ciudadela  Nuevo Occidente, entusiasmada y con la esperanza en sus ojos y con la añoranza de encontrarse con nuevos horizontes, nuevos retos y otros espacios para habitar, realizó la entrega de los requisitos. Las buenas noticias no demoraron en llegar y poco después llegó el día.

Viernes 17 de febrero del 2007, Soranyi y su familia son reubicadas con todas sus ilusiones, sus corotos, su esperanza en Ciudadela Nuevo Occidente, sin saber que esto sería un nuevo capítulo para la gran mujer que es hoy Soranyi.

“… Nuevo occidente para mí en este momento es como el resurgir de una mujer nueva, Por lo que yo vivía en un mundo que como se dice -yo vivía en un encierro- y llegué yo a Ciudadela Nuevo occidente y cómo que empecé, como un capullo, como una crisálida de una mariposa, empecé a abrir los ojos y ¡sí! hoy en día me considero una gran lideresa, me ha gustado trabajar por la comunidad y más en estos momentos por los derechos de las mujeres… ”.

Llegar a un lugar tan diferente en todo sentido, el frío, la distancia y hasta la altura había cambiado para toda familia, sin imaginar los cambios internos que cada uno empezaría a experimentar, la mejora en la salud de los niños, el apoyo y la asesoría de una docente que se convirtió en el apoyo de Soranyi, comenzaron a resonar conceptos como empoderamiento en la vida de ella, le permitieron dar un paso adelante para terminar  su bachillerato, sin mirar los obstáculos que le ponía el machismo de  su exesposo; Soranyi se gradúa y con los días se llena de valor y toma de decisión de separarse,  se siente cansada de esa vida que llevaba en su anterior hogar, Moravia.

Soranyi inicia una etapa en su vida de formación para lograr tener los conocimientos necesarios y ayudar a otras mujeres como lo hicieron con ella, Soranyi tiene un problema y se encuentra con su segundo desplazamiento obligado, en el 2014 se traslada esta vez para los Álamos donde fue reubicada su mamá, aunque esto solo duró un año, y resuelto el problema en el 2015 regresan a su casa en Ciudadela Nuevo Occidente, lugar en donde actualmente viven, contando que la familia se ha crecido y Soranyi ya es abuela, nieta que sacó sus mismos rasgos según lo cuenta ella.