Viernes 12 de julio del 2013
Aquí está la historia de un Corazón…
Y como unos malvados terminan con los sueños de un abuelo que lo único que quería era ver crecer unos nietos huérfanos, que tenemos también que echarle la plancha a la casita y muchos sueños más.
Al Estado le quiero decir que no son unos cuantos malos los que nos asustan sino el silencio y la mirada indiferente de muchos.
El objetivo del diálogo no es defender sino indagar, no es discutir sino explorar, no es convencer, sino descubrir. Continuamos convirtiendo el dolor en lucha y el amor en resistencia.
A los Defensores de Derechos humanos, muchas gracias por el acompañamiento, ellos y ellas defienden nuestros derechos y gracias a las organizaciones.
Ese 24 de febrero salió de la casa nunca nos imaginamos que no lo volveríamos a ver, pero hoy le digo a Dios: gracias por los momentos felices. Nunca te vamos a Olvidar.