Caballito de Mar !Jaque al Rey!

Esta es la historia de Andrés, quien el día que descubre cómo los caballitos de mar vienen al mundo, entiende que ser hombre no es ser un macho.

A los nueve años Andrés Marín es el mejor bailarín de su cuadra, tiene habilidades para el tango, la cumbia, el bambuco. Su sueño es iniciar una carrera de baile clásico. Su padre, de profesión policía, le impone un modelo de hombre basado en los estereotipos de género machistas que imperan en su ambiente familiar. Inicia una tensión latente que se hace permanente. Su entorno le exige comportarse como un verdadero hombre.

Con 16 años, Andrés decide presentarse al Ballet Folklórico de Antioquia, quiere ser bailarín y tiene todo el potencial. Pasa el casting y es aceptado. Su padre, al darse cuenta, le prohíbe bailar y le quita el apoyo económico. Le hace saber a través de la madre que el ballet es para maricas. Andrés no volverá a bailar jamás, es un momento de ruptura con su padre.

Un amigo de Andrés le enseña un álbum de fotografías de hombres vestidos de mujer, inquieto por su estética queda maravillado. Le proponen participar en un reinado y no pasa mucho tiempo para que Andrés se convierta en Laura María Cadavid, reina transformista de la escena homosexual de Medellín; todo a escondidas de sus padres, en un acto de resistencia en su búsqueda por una identidad masculina que sigue sin encajar en un molde. 

El ingreso de Andrés a la universidad marcará el inicio de una investigación y permanente cuestionamiento sobre los modelos patriarcales, comportamientos machistas que generan violencia en la sociedad.

Sentado en un salón de clases entre sillas vacías, Andrés reflexiona: “Nos obligan a producir para el capitalismo, a ser hombres y mujeres de una manera, a no cuestionar, a ocupar un espacio en un orden determinado, las sillas deben transformarse, encontrar su personalidad. Cada silla debe reflejar un rasgo, un estereotipo”. En su casa interviene una silla, le pone nombre y le da un carácter, la llena de clavos, dice: “En esta silla me enseñaron que los hombres no lloran, en esta me enseñaron a ser el macho proveedor”. Comienza entonces la búsqueda de simbolismos que, más tarde, serán tipos de masculinidades para su especialización de intervención creativa como trabajo de grado y que luego se convertirá en una exposición de diez sillas intervenidas y un performance que presenta la exposición. 

Andrés continúa su búsqueda, encuentra en la naturaleza la metáfora perfecta para enmarcar su proyecto pedagógico: El caballito de mar, especie marina que puede guardar los huevos en su vientre mientras se desarrollan y llega el momento de expulsarlos a la vida. Le sorprende que la maternidad como atributo estético y biológico no pertenece exclusivamente a lo femenino, entiende que ser hombre no significa ser un macho.

Andrés arma su proyecto pedagógico que permite hacer una reflexión de forma crítica sobre lo masculino y lo femenino, con el cual recorre colegios, casas de la cultura, grupos juveniles, instituciones educativas, entre otros. “A través del arte hay una liberación que permite abrazar otras masculinidades, una más alternativa y que ahora comparte con el mundo a través de una intervención creativa. En la diversidad está la potencia y el reconocimiento del otro, de lo contrario se instaura la violencia”, dice Andrés. Caballito de Mar es un ejercicio pedagógico de paz que implica explorar un hombre diferente al que le había propuesto su historia de vida, a través de la hegemonía patriarcal y la sexualidad binaria.

El pasado 27 de octubre de 2019 se realizó en Colombia el proceso electoral que designa diputados, concejales, gobernadores y alcaldes. La algarabía por la jornada electoral se siente en toda Medellín. En la sede de Estamos Listas, movimiento político creado en 2017 y conformado por más de dos mil mujeres que busca como objetivo llegar al Concejo Municipal para ejercer control político con enfoque de género y poner el tema en los planes de desarrollo, hay celebración. Con un total de 28.078 votos logran un puesto para concejal.

Seis hombres son invitados a participar del movimiento para cumplir con la cuota de género exigida por la ley, Andrés es uno de ellos. Para él, haber logrado un espacio político hace parte de su búsqueda de nuevos escenarios para combatir la hegemonía patriarcal masculina y expandir su proyecto pedagógico a otras esferas.

PRODUCCIÓN CABALLITO DE MAR, CORTOMETRAJE TRANSMEDIA

Como todos los productores, directores y demás profesionales que trabajan en la industria cinematográfica y audiovisual, contar una historia que sea llevada al cine y en nuestro caso, que contribuya a que como sociedad seamos mejores, se disminuya la violencia y se respete al otro ser humano, tal como es; es un sueño casi utópico.

El nuestro, en este caso, empezó a hacerse realidad gracias a los estímulos que ganamos en la Convocatoria de Realización de Cortometraje Transmedia, realizada por el Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica, “Proimágenes Colombia” en 2019.

Producir en medio de una pandemia es algo que ni siquiera pasó por la mente al momento de concebir el cortometraje transmedia Caballito de Mar. Si bien la investigación del cortometraje estaba sólida desde el inicio, desde enero Y hasta agosto de 2020, se realizaron modificaciones en los guiones del cortometraje y el docuweb, así como en los cronogramas y el plan de rodaje.

Lo primero que enfrentó la producción fue la muerte del papá de Andrés Marín, el protagonista, quien falleció de cáncer en enero de 2020. El padre marcó la vida de Andrés, es un personaje definitivo en el cortometraje. Su ausencia representó un primer giro en la producción general. Luego llegó la enfermedad de la mamá de Andrés, a quien le diagnosticaron cáncer. Por fortuna ella continúa con vida. Ya se grabó su entrevista, pero las imágenes de apoyo con ella, se tuvieron que replantear y hacerlas sin su presencia, de otra manera. 

En marzo llegó la Covid 19 a Colombia y con este la cuarentena que cada vez se alargaba más. Para finales del mes tuvimos la primera asesoría con el experto transmedia, Arnau Gifreu, la cual fue oportuna y muy enriquecedora. Hasta el mes de junio estuvimos trabajando con él, un excelente profesional que nos ayudó muchísimo a conceptualizar y aterrizar el proyecto transmedia. Como fruto del trabajo con Arnau se estructuró y se desarrolló el Dossier Teórico de Caballito de Mar.

La producción en medio de la pandemia implicó adaptarse a una “nueva realidad”: El “Scouting” de algunas locaciones se hizo por video y con fotografías; el personal de producción se redujo, los tiempos durante el rodaje se alargaron por la implementación de los protocolos de bioseguridad, el transporte se incrementó y se optó por la movilización en los vehículos propios de las personas de la producción.

En medio de la pandemia, Caballito de Mar ganó convocatoria de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de Medellín para desarrollar el blog, el cual se encuentra en el siguiente link: www.caballitodemar.com.co

En algunas zonas de Colombia, incluyendo a Medellín se declaró toque de queda, protocolos de bioseguridad y la prohibición para rodar en interiores y exteriores desde marzo hasta junio de 2020. Las reuniones virtuales se volvieron habituales. Estudiar, documentarse y asesorarse para tener en el rodaje protocolos de bioseguridad que garantizaran la salud y el bienestar de todo el equipo de producción, incluyendo los personajes; fue una prioridad. Con la certeza de cumplir con las normas, se adquirieron implementos de bioseguridad para dar inicio a una primera fase de rodaje, pues aún no estaba permitido en Medellín grabar en exteriores, solo en interiores privados. El equipo de producción se inscribió en la plataforma de la Alcaldía de Medellín para obtener el permiso de movilidad y dar así inicio al rodaje.

Lo primero que se produjo fue la entrevista de la mamá de Andrés, doña Consuelo, una antioqueña amable, fuerte, generosa y con una energía increíble que contagia de optimismo a quien esté a su lado. Después conversamos con Sandra, su hermana, quien ahora es la que lleva las riendas de la familia y gerencia la carnicería La Universal, ubicada en la Plaza de Flórez, en el centro de Medellín, donde venden los más deliciosos chorizos artesanales. Y, por último, hicimos la primera parte de la entrevista de Andrés, el protagonista, quien vive en el tercer piso, encima del apartamento de su hermana y la casa de su mamá, en el barrio Boyacá las brisas al Norte de Medellín.

De acuerdo con el guión, el protagonista se debía tatuar un caballito de mar; pese a tener la piel extremadamente sensible. Para esto, se seleccionó una joven y talentosa tatuadora, Elii, con quién la producción se reunió y tuvo varias conversaciones antes del rodaje; pues las medidas de bioseguridad, lo exigían. Durante todo un día, estuvimos en el estudio de Elii. Durante seis horas aproximadamente, Elli y Andrés estuvieron conectados por el sonido de las agujas que entraban incontables veces en la piel de Andrés hasta finalizar un colorido caballito de mar.

Fue así como entre junio y julio de 2020 se realizaron todas las entrevistas principales, el tatuaje del protagonista y una de las historias del docuweb, con el fin de iniciar a montar el primer corte cuando declararán el pico de la pandemia en Medellín porque regresaban los toques de queda. Algunas de las entrevistas se hicieron de manera virtual pues las personas estaban por fuera del país y no pudieron regresar para el rodaje.

Uno de los momentos más importantes que ha marcado la historia de Andrés Marín, nuestro protagonista, es su paso por la Universidad de Antioquia. Gracias al apoyo de sus directivos, pudimos hacer otra de las entrevistas con Andrés y recorrer algunos de los lugares más especiales para él, en medio de la pandemia y siguiendo todas las normas de bioseguridad.

Para mediados de agosto se tenía previsto grabar la segunda etapa del rodaje, pero a Andrés Marín, el protagonista; a su esposo, a su mamá, su hermana y su cuñado les dio Covid. Por tal motivo, de nuevo el cronograma de rodaje se modificó. En la primera semana de septiembre se retomó la segunda etapa del rodaje, la cual incluyó las puestas en escena y las dos historias que faltaban para el docuweb. Para esto se realizó de nuevo scouting de locaciones pues algunas de las que estaban planteadas al inicio se encontraban cerradas y otras ya no existían.

La producción cinematográfica de una historia debe tener, indiscutiblemente, aliados que ayuden a sacar el proyecto adelante porque los recursos son limitados. La suma de voluntades, la creatividad para gestionar aportes que no necesariamente tienen que ser dinero en efectivo sino equipos y locaciones, es muy importante. Caballito de Mar tuvo la fortuna de contar con el apoyo de Teleantioquia, canal de televisión pública regional; quien inmediatamente conoció el proyecto se sumó. En uno de sus estudios hicimos la puesta en escena de Andrés con las sillas que representan las diferentes masculinidades.

Dentro de las diferentes acciones que realiza Andrés el protagonista de Caballito de Mar, son unos talleres sobre masculinidades alternativas en diferentes escuelas, empresas y barrios. Uno de ellos fue el que se realizó en la institución educativa La Milagrosa, con algunos de los alumnos del profesor Fabio Hurtado e invitados.

Prado es un barrio tradicional de Medellín, ubicado en el Centro de la ciudad. Sus casas son enormes y hay verdaderas joyas arquitectónicas como la casa de la familia Betancur Durán, la cual fue diseñada por el ingeniero y arquitecto belga, Agustín Goovaerts en el siglo pasado. Este lugar fue el seleccionado para hacer las puestas en escena de la infancia y adolescencia de Andrés; al igual que algunas de sus calles.

En algún periodo de su vida, Andrés visitaba mucho una discoteca cerca al parque Bolívar en Medellín. Por esa época, fue Miss Juventud Antioquia; dos acontecimientos que debíamos poner en escena. Sin embargo, con la pandemia ya no podíamos ir a rodar a esa discoteca, como tampoco podíamos hacer un reinado como inicialmente, por producción, se había planteado. Este fue uno de los muchos retos que nos trajo la Covid: poner en escena, contar con lenguaje audiovisual estos momentos de la vida de Andrés. Gracias a la complicidad de los propietarios de la discoteca Happy House la 33, así como a la participación de Celeste, Silvana, Mercedes Notbenz y Anastasia; logramos recrear una noche especial.

El tango es un género musical que ya hace parte de la cultura de Medellín. Desde muy pequeño, Andrés empezó a bailar. La Corporación Balcón de los Artistas, es una de las entidades que en la actualidad forma niños y jóvenes en esta disciplina. Algunos de ellos asisten a la escuela de la Corporación ubicada en el barrio Manrique, junto a Versalles, otro barrio desde donde se puede apreciar otro ángulo de Medellín. En una terraza, Daniel Vargas, Rouse Rojas, Juan Diego Echeverry y María Fernanda Romero; bailaron al compás del piano.

Una de las instituciones que nos llena de orgullo porque ha formado algunos de los mejores bailarines de Colombia y se ha encargado de llevar a través de más de 25 años de existencia, el talento expresado a través de los bailes colombianos por diferentes países con éxito total es el Ballet Folklórico de Antioquia. Esta gran escuela marcó definitivamente la vida de Andrés, por eso grabar allí era muy importante para el documental. Gracias a Zuleima Asprilla, su directora; al Gabriel Pacheco, coordinador escuela; a la profesora Leidy Restrepo y al grupo de jóvenes bailarines: Lucrecia González, Óscar Gómez, Sergio Córdoba y Valentina Pérez; pudimos recrear algunas de las situaciones vividas por Andrés.

Si hay un lugar que indiscutiblemente los medellinenses conocen porque en alguna época de su vida, sus abuelos y sus papás, disfrutaron allí de la retreta dominical de la Banda Sinfónica de la UdeA que hacía conciertos al aire libre todos los domingos o porque se encontraban allí con amigos, es el Parque de Bolívar. Enmarcado en uno de sus costados por la catedral de ladrillo cocido más grande del mundo, La Metropolitana; alberga hacia el costado oriental el bar La Polonesa, un sitio que durante las últimas décadas se ha constituido en un lugar de tertulia, donde se toma uno de los mejores cafés de la ciudad, se lee la prensa y se pasan tranquilamente las horas del día. Visitar La Polonesa con Andrés, no podía faltar en este documental que recorre algunos de los lugares más importantes para Andrés.